Los
escribas
Aún no comenzaba la historia. Los escribas
anhelaban narrar la cronología de su nación. De cuclillas sobre arenas
inmemoriales, grababan en la piedra inmanente las tramas que componían los
anales de la dinastía de la que eran parte.
Con
el esfuerzo de varias generaciones de estos leales cronistas que empuñaban
lápices de pedernal, se escribió la historia de un imperio desde sus orígenes
tribales hasta las eras de su fundación. Jamás hombre alguno sospechó que,
milenios más tarde, el viento y las arenas arrasarían toda escritura que el
desierto infinito sigue borrando, por sobre la voluntad de hombres; hombres
mortales y perecederos. V. L
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